- Al final, todas acabamos rubias
Ni que decir tiene que las canas son, todavía, el pecado nacional...
El abuso de las mechas o su mala utilización tiene también un capítulo en la estética capilar española. “Hay muchas formas de hacerlas para conseguir un efecto natural y no recargarlas en exceso. Lo ideal es dibujarlas de forma degradada, muy suaves, tanto en color como en grosor. Hay que partir de la zona superior e ir disminuyendo en intensidad a medida que bajamos en largura”, señala la peluquera bilbaína.
- Maquillaje. Básicos hispanos: polvos bronceadores y kohl
“La relación de las españolas con respecto al maquillaje es más bien extremista. Están las que no se maquillan en absoluto y las que lo hacen en dosis excesivas”, apunta Pedro Cedeño, maquillador y peluquero para Talents. Según este profesional, los errores más comunes entre las españolas son “el abuso de los polvos bronceadores, que además se extienden por toda la cara; el kohl negro –esa raya que va por dentro del ojo- y el perfilador de labios, mal utilizado. A veces, incluso, sin el uso de color, solo con el gloss. La española tiene incrustado en su ADN que estar guapa es sinónimo de estar morena y tener buen color y uno de los fallos más corrientes es no dar con el tono adecuado para la base de maquillaje –tender a oscurecerla- y usar la misma para verano e invierno”
Las españolas son más dadas a seguir las tendencias en moda que en maquillaje. Aquí, y según Cedeño, “suelen utilizar el mismo maquillaje toda la vida, una vez que dan con el que creen que más les favorece".Hay que decir que esta costumbre está cambiando con las nuevas generaciones, que parecen más preocupadas en aprender a utilizar mejor los productos y a combinarlos adecuadamente. La mayor parte de la gente que me hace preguntas son chicas jóvenes a las que maquillo, ¿qué color de labios me va mejor?, ¿cómo aplico la sombra de ojos o el antiojeras sin que parezca un oso panda?, ¿la manera correcta de usar las sombras de ojos? Intuyo que las nuevas generaciones se van a preocupar más en cuidar su piel y no tanto en taparla, como han hecho sus madres. Las mujeres de entre 40 y 50 están muy preocupadas en como hacerse pequeños arreglos que las ayuden a mantener un buen aspecto sin que se note demasiado, puesto que disponemos de sobrada información visual de lo que no nos gusta”.
La televisión también parece algo desfasada y el maquillaje que llevan presentadoras y contertulios es muchas veces excesivo, sobrecargado. La tecnología ha cambiado, tenemos pantallas de plasma que nos muestran hasta el último poro y los maquilladores todavía usan la misma técnica de años atrás”.
Las festividades o eventos importantes son momentos en los que la mayoría recurre a un peluquero, pero pocas contratan a un maquillador profesional para que saque lo mejor de una misma. La consecuencia es, según Cedeño, que “para muchas arreglarse es echarse años encima o disfrazarse y perder por completo su estilo y personalidad”.
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