jueves, 28 de diciembre de 2017

NAVIDAD...

Buenas tardes a tod@s !!!. 
Lo primero, FELIZ NAVIDAD y esperamos que estéis pasando unas bonitas fiestas...

Aprovechando está época del año, nuestras alumnas han realizado diseños navideños muy chulos y nos gustaría compartirlo con vosotros.








jueves, 7 de diciembre de 2017

Los errores más comunes de las españolas en peluquería y maquillaje

- Al final, todas acabamos rubias
La máxima de que los tonos claros suavizan los rasgos ha hecho que la mayoría de la población, pasados los 40, tenga el mismo color de pelo. Sin embargo, Yolanda Aberasturi, la prestigiosa peluquera vasca, matiza que “esta regla es aplicable si se tiene la tez blanca, pero si la piel es morena o aceitunada hay que tener cuidado porque se puede conseguir el efecto contrario”. Sara Largo es partidaria de seguir la naturaleza con alguna ayuda extra, “nuestro color natural de pelo es, casi siempre, el que más nos favorece porque va acorde con el tipo de piel. Se puede aclarar uno o dos tonos con los años, pero no más. Yo siempre digo que lo ideal es conseguir el que teníamos de pequeños, antes de que empezara a oscurecerse. Una de las primeras cosas que hacemos cuando alguien nos pide asesoría en imagen es hacer un estudio del color para ver los que más le favorecen. Pero, debido a una mala elección en el tinte, en muchos casos el color que le va bien al pelo no corresponde con el de la piel y hay un desajuste”.
Ni que decir tiene que las canas son, todavía, el pecado nacional...
El abuso de las mechas o su mala utilización tiene también un capítulo en la estética capilar española. “Hay muchas formas de hacerlas para conseguir un efecto natural y no recargarlas en exceso. Lo ideal es dibujarlas de forma degradada, muy suaves, tanto en color como en grosor. Hay que partir de la zona superior e ir disminuyendo en intensidad a medida que bajamos en largura”, señala la peluquera bilbaína.

- Maquillaje. Básicos hispanos: polvos bronceadores y kohl
“La relación de las españolas con respecto al maquillaje es más bien extremista. Están las que no se maquillan en absoluto y las que lo hacen en dosis excesivas”, apunta Pedro Cedeño, maquillador y peluquero para Talents. Según este profesional, los errores más comunes entre las españolas son “el abuso de los polvos bronceadores, que además se extienden por toda la cara; el kohl negro –esa raya que va por dentro del ojo- y el perfilador de labios, mal utilizado. A veces, incluso, sin el uso de color, solo con el glossLa española tiene incrustado en su ADN que estar guapa es sinónimo de estar morena y tener buen color y uno de los fallos más corrientes es no dar con el tono adecuado para la base de maquillaje –tender a oscurecerla- y usar la misma para verano e invierno”
Las españolas son más dadas a seguir las tendencias en moda que en maquillaje. Aquí, y según Cedeño, “suelen utilizar el mismo maquillaje toda la vida, una vez que dan con el que creen que más les favorece".Hay que decir que esta costumbre está cambiando con las nuevas generaciones, que parecen más preocupadas en aprender a utilizar mejor los productos y a combinarlos adecuadamente. La mayor parte de la gente que me hace preguntas son chicas jóvenes a las que maquillo, ¿qué color de labios me va mejor?, ¿cómo aplico la sombra de ojos o el antiojeras sin que parezca un oso panda?, ¿la manera correcta de usar las sombras de ojos? Intuyo que las nuevas generaciones se van a preocupar más en cuidar su piel y no tanto en taparla, como han hecho sus madres. Las mujeres de entre 40 y 50 están muy preocupadas en como hacerse pequeños arreglos que las ayuden a mantener un buen aspecto sin que se note demasiado, puesto que disponemos de sobrada información visual de lo que no nos gusta”.
La televisión también parece algo desfasada y el maquillaje que llevan presentadoras y contertulios es muchas veces excesivo, sobrecargado. La tecnología ha cambiado, tenemos pantallas de plasma que nos muestran hasta el último poro y los maquilladores todavía usan la misma técnica de años atrás”.
Las festividades o eventos importantes son momentos en los que la mayoría recurre a un peluquero, pero pocas contratan a un maquillador profesional para que saque lo mejor de una misma. La consecuencia es, según Cedeño, que “para muchas arreglarse es echarse años encima o disfrazarse y perder por completo su estilo y personalidad”.